Ahí va una pequeña crónica del South Pop del pasado fin de semana en Isla Cristina:
Pedro y Macu llegaron el viernes, habían realizado su reserva en el Barceló con mucha antelación. Primera inspección del territorio, playita, canjeo de pulseras y conciertos, según nos contaron vieron a un noruego divertido colgaísimo y a la Bien Querida, a la que me habría gustado ver de nuevo, a pesar de que según el gabachón en el contempopránea estuvo mejor (seguramente tendría algo que ver lo bonitos que íbamos al verla en Alburquerque).
El sábado llegamos nosotros (Charo, María-amiga de Charo, y yo), nada más llegar nos esperaba en la puerta Micah P.Hinson, el personaje del día, con una funda de guitarra, una pequeña mochila, un sombrero y sus gafapastas. Nos hicimos una foto con él, y estuvo a punto de venirse con nosotros a la playa, ya que parecía que solo lo conocíamos nosotros.
Después de un largo baño en la playa, primer 2*1 en la piscina del hotel, cervecitas y dj, ambientazo (perdone, cuál es su habitación?). Pescaito frito, coquinas, etc, y vuelta a la piscina, nueva horaymedia feliz, con copas a 3 pavos, el ambientazo era mayor, dj, barcos naufragando, etc. Ducha, un poco de relax en las habitaciones y para el recinto.
Los primeros de la noche para nosotros, fueron Klaus&Kinski. A mi personalmente me gustaron, aunque no tocaron el teléfono de la esperanza, temasso, la piba no era como me la imaginaba..., pero me sigue molando su voz, además rober bodegas fue un descubrimiento. Después llegó Micah, casi como lo vimos por la mañana, completamente solo en el escenario, sacó su guitarra de la funda, y se puso a cantar. Su guitarra se asemejaba a su imagen, al final del mástil las cuerdas salían como si estuviera despeinada. Es increíble la voz que sale de ese cuerpo de joven despistado. Nos hipnotizó a todos. Mágico Micah.
Los Punsetes, fueron los siguientes, los peores de la noche, no transmitían nada, la cantante inmóvil todo el concierto con los brazos caídos, unos tristes. Y por último We Are Standard, que pusieron el recinto boca abajo, la gente después de tanta tranquilidad quería bailar, y los vascos la liaron, desde el minuto cero, el cantante contagió a la gente su hiperactividad así que allí estuvimos pegando saltos una hora con ellos. Ya con todo el mundo animado, comezó el dj en el cespéd del parque del recinto, y siguieron las copas y los bailes hasta las tantas.
Al día siguiente, desayuno copioso en el hotel, playita, y antes de volvernos barbacoa de nuevo en el recinto, sardinas y atún, tres horas para pillar 2 sardinas, triunfamos tela.
Viaje de vuelta, chaparrón, y llegada a Sevilla sintiéndonos Faradays.
Ya que nos han quitado Lucena en septiembre, se convierte en un festival candidato para repetir en próximas ediciones.