Volvemos disgustaos del hospital y me encuentro la estrofa de Juan Ramón en el blog. Le pregunto a Macu a qué vendrá eso y me dice que me rallo por todo. Al poco llama Jose llama pa preguntar como ha ido la cosa y nos dice que se va a pasar a por algo de Ana. Macu me insiste en que haga la cama y yo protesto: “Joder, que es Jose”.
Llaman a la puerta y miro por la mirilla. Es solo una rosa, así que abro. Primero veo a Pato y a Alberto en silla de ruedas, luego a los demás. Diegaso, Iván, Arturo, Antonio, Gafael y el señor Del Canal. Como ya lo sé todo me esfuerzo en poner cara de alelao. Papelón. Macu nunca supo callarse nada.
Me sacan de casa mientras Iván lo graba todo y me meten en un bus gentileza de autocares Lact , calidad, atención y profesionalidad. Recogemos a Jesús, conocemos los barrios nuevos de Sevilla y acabamos en el aeropuerto. Buen día para volar por primera vez. Gafas opacas y los Strokes bien altos. Una pena que al equipo británico de canoeing le diera por comer al lado nuestro. Nada de miedo, i´m on a plain, i can´t complain. Carlitos caganet
Welcome leperos y dos horas de Heathrow al hotel. Las tías más buenas de Londres están en el metro. Gus y Fredychico aparecen en el primer pub al que entramos. Aún no sé si me los esperaba o no. Los apartamentos son espectaculares. Allí me dan mi gorrito de Napoleón. Vaya gorro guapo para franciser. Chupitos y a la calle. No dejamos a Iván comer en el barrio y tiramos pal centro. 24 minutos en bus. Primeras pints en un pub con musicón y a cenar a un garage los tipicalisimos calamari and carbonara past británicos. Clavadita y la peña con hambre: la mitad al McDonalds y la otra mitad a por cerveza. A las 12 y media cierran casi todos los chiringuitos: la mitad a casa y la otra mitad a un club. Un lookforlives nos vende la moto y entramos en un sótano en el que permanecemos la friolera de ten minutes o´clock. 10 pounds de menos y un chupito de licor de manzana sin alcohol de más. Nosotros siempre fuimos más de pubs que de clubs, así que cogemos el bus a casa. Otros 24 minutos. Las cosas más graciosas de Londres pasan en la línea 15. Lagrimones de los gordos con el carajazo de la enamorada chanclera. La pobre no volvió a asomar la cabeza. Dios nos perdone. Mollete con aceite y gin tonic antes de dormir en nuestra iglesia metodista.
Ocho y media. La mañana ya llegó, hoy puede ser un gran día. Vasos, cucharas, buenas caras y molletes con aceite y jamón. Écija connection. Las tías más buenas de Londres siguen en el metro. Sube uno con la camiseta del West Ham y se me pasa por la cabeza. Nos bajamos en Upton Park y ya lo que pregunto es contra quien juega. Manchester United Football Club. Partidazo, camiseta, carpanta y ambientazo. Gus acierta el resultado al descanso pero entre el más gafe del continente y Wayne Rooney al carajo los hammers. No volverán a la Premier hasta que se vayan al Olímpico. Ese estadio ya quedó maldito.
Comemos algo en Green street mientras Trisha Takanawa entrevista a Iván. Volveremos por el pollo. Más metro y al centro. Acertado binomio monumentos-pubs. Congratulations India. Muchas risas esa tarde, sobre todo en Santa Cruz Neighborhood.
Para cenar un americano. Birra Moretti y estómagos llenos. Jesús ejerce de pater y le cambia la comida a Fredy. El niño tenía que pedir el peri-peri. Acabamos tarde y nos vamos al hotel. Los 24 minutos dan para mucho. Los de arriba se divierten con Winnie, Tiger y Eeyore mientras abajo al gordo se le cierran los ojos sin estar cansao y Jose se hace un trío de morena y rubia en la silla de ruedas. El que tuvo, retuvo.
En la habitación, gin-tonics y gran descojone con Gus leyendo los mails hasta que nos dormimos.
La mañana del domingo es para el puente y la catedral. Comemos corriendo en el aeropuerto y vuelta a casa con Ryanair. En Sevilla nos lleva a casa un cogío con un taxi de MTV Tuning que nos ameniza el trayecto con estupendos vídeos de hip-hop.
Se me habrán pasado mil cosas. Es lo que tiene hacer la crónica con 4 meses de retraso. Id colaborando con anécdotas en los comentarios para poner en pie más cosas.
Me preocupa mucho que penseis que no me lo pasé bien en Londres. Sé que hay quienes creeis que lo de Macu no me dejó disfrutar demasiado y también os he oído a algunos decir que no saber lo que iba a pasar me tenía bloqueado. Yo no estoy de acuerdo. Sé bien que no soy muy expresivo pero os aseguro que me lo pasé muy, muy bien en Londres. Fue un viaje perfecto. Creo que la incertidumbre del qué pasará solo me afectó hasta que llegamos allí y que realmente no fui consciente de lo mal que estaba Macu hasta que volvimos. No sé, quizás la razón de que os haya quedado esa impresión es que en cierto modo lo que sí que no dejé de tener durante todo el viaje fue cierta sensación de vergüenza por todo lo que habíais hecho por mí. Veía toda la ilusión que le habíais puesto y me avergonzaba mucho no poder compensaros. “¿Y cómo hacen todo esto por mi?”, pensaba todo el tiempo. No entendía tanta generosidad. No la merecía.
Gracias a todos de corazón por este inolvidable viaje. No sabeis lo que ha significado para mi.
Llaman a la puerta y miro por la mirilla. Es solo una rosa, así que abro. Primero veo a Pato y a Alberto en silla de ruedas, luego a los demás. Diegaso, Iván, Arturo, Antonio, Gafael y el señor Del Canal. Como ya lo sé todo me esfuerzo en poner cara de alelao. Papelón. Macu nunca supo callarse nada.
Me sacan de casa mientras Iván lo graba todo y me meten en un bus gentileza de autocares Lact , calidad, atención y profesionalidad. Recogemos a Jesús, conocemos los barrios nuevos de Sevilla y acabamos en el aeropuerto. Buen día para volar por primera vez. Gafas opacas y los Strokes bien altos. Una pena que al equipo británico de canoeing le diera por comer al lado nuestro. Nada de miedo, i´m on a plain, i can´t complain. Carlitos caganet
Welcome leperos y dos horas de Heathrow al hotel. Las tías más buenas de Londres están en el metro. Gus y Fredychico aparecen en el primer pub al que entramos. Aún no sé si me los esperaba o no. Los apartamentos son espectaculares. Allí me dan mi gorrito de Napoleón. Vaya gorro guapo para franciser. Chupitos y a la calle. No dejamos a Iván comer en el barrio y tiramos pal centro. 24 minutos en bus. Primeras pints en un pub con musicón y a cenar a un garage los tipicalisimos calamari and carbonara past británicos. Clavadita y la peña con hambre: la mitad al McDonalds y la otra mitad a por cerveza. A las 12 y media cierran casi todos los chiringuitos: la mitad a casa y la otra mitad a un club. Un lookforlives nos vende la moto y entramos en un sótano en el que permanecemos la friolera de ten minutes o´clock. 10 pounds de menos y un chupito de licor de manzana sin alcohol de más. Nosotros siempre fuimos más de pubs que de clubs, así que cogemos el bus a casa. Otros 24 minutos. Las cosas más graciosas de Londres pasan en la línea 15. Lagrimones de los gordos con el carajazo de la enamorada chanclera. La pobre no volvió a asomar la cabeza. Dios nos perdone. Mollete con aceite y gin tonic antes de dormir en nuestra iglesia metodista.
Ocho y media. La mañana ya llegó, hoy puede ser un gran día. Vasos, cucharas, buenas caras y molletes con aceite y jamón. Écija connection. Las tías más buenas de Londres siguen en el metro. Sube uno con la camiseta del West Ham y se me pasa por la cabeza. Nos bajamos en Upton Park y ya lo que pregunto es contra quien juega. Manchester United Football Club. Partidazo, camiseta, carpanta y ambientazo. Gus acierta el resultado al descanso pero entre el más gafe del continente y Wayne Rooney al carajo los hammers. No volverán a la Premier hasta que se vayan al Olímpico. Ese estadio ya quedó maldito.
Comemos algo en Green street mientras Trisha Takanawa entrevista a Iván. Volveremos por el pollo. Más metro y al centro. Acertado binomio monumentos-pubs. Congratulations India. Muchas risas esa tarde, sobre todo en Santa Cruz Neighborhood.
Para cenar un americano. Birra Moretti y estómagos llenos. Jesús ejerce de pater y le cambia la comida a Fredy. El niño tenía que pedir el peri-peri. Acabamos tarde y nos vamos al hotel. Los 24 minutos dan para mucho. Los de arriba se divierten con Winnie, Tiger y Eeyore mientras abajo al gordo se le cierran los ojos sin estar cansao y Jose se hace un trío de morena y rubia en la silla de ruedas. El que tuvo, retuvo.
En la habitación, gin-tonics y gran descojone con Gus leyendo los mails hasta que nos dormimos.
La mañana del domingo es para el puente y la catedral. Comemos corriendo en el aeropuerto y vuelta a casa con Ryanair. En Sevilla nos lleva a casa un cogío con un taxi de MTV Tuning que nos ameniza el trayecto con estupendos vídeos de hip-hop.
Se me habrán pasado mil cosas. Es lo que tiene hacer la crónica con 4 meses de retraso. Id colaborando con anécdotas en los comentarios para poner en pie más cosas.
Me preocupa mucho que penseis que no me lo pasé bien en Londres. Sé que hay quienes creeis que lo de Macu no me dejó disfrutar demasiado y también os he oído a algunos decir que no saber lo que iba a pasar me tenía bloqueado. Yo no estoy de acuerdo. Sé bien que no soy muy expresivo pero os aseguro que me lo pasé muy, muy bien en Londres. Fue un viaje perfecto. Creo que la incertidumbre del qué pasará solo me afectó hasta que llegamos allí y que realmente no fui consciente de lo mal que estaba Macu hasta que volvimos. No sé, quizás la razón de que os haya quedado esa impresión es que en cierto modo lo que sí que no dejé de tener durante todo el viaje fue cierta sensación de vergüenza por todo lo que habíais hecho por mí. Veía toda la ilusión que le habíais puesto y me avergonzaba mucho no poder compensaros. “¿Y cómo hacen todo esto por mi?”, pensaba todo el tiempo. No entendía tanta generosidad. No la merecía.
Gracias a todos de corazón por este inolvidable viaje. No sabeis lo que ha significado para mi.
