Bueno, pues pasada ya la fase de "Dios mío, pero qué coño hago yo aquí", ya soy capaz de escribir algo aquí en nuestro blog.
Sí que me ha costado superarlo, sí, pero bueno, de todo se sale y esto no iba a ser menos. La verdad es que encontrarme a más de 450 kms de Sevilla ha supuesto cambiar parte de mis hábitos. No todos claro. De hecho mi gran objetivo era el de coger una rutina propia, parecida a la que llevaba en Sevilla de trabajar, comer, currar algo en casa, entrenar, salir... Esto último es, sin duda, lo más complicado porque no es que haya 600.000 alternativas (no es que Sevilla sea Londres, pero comparado con Garrucha...). De hecho hay pocas alternativas, y cuando las hay, suelen coincidir (como no podía ser menos).

En fin, que poco a poco me voy haciendo. La gente está bien. Lo del equipo de baloncesto ha sido un puntazo. Primero por que puedo hacer lo que ma´s me gusta que es entrenar y jugar partidos y segundo porque la gente del equipo es de puta madre. El pueblo y alrededores, bueno, pues no está tan mal como me habían pintado. Es verdad que muchas cosas han cerrado hasta verano, pero es que llegué a pensar que aquí cerraba todo menos el instituto. En cualquier caso la gente que lleva aquí más tiempo no para de decirme: "pues ya verás en verano, como mola, viene mucha gente, la playa se pone hasta la bola y todo abierto y..." En fin, que a ver cuando llega el tal verano ese.
Por lo pronto el otoño está siendo húmedo, muy húmedo. Tanto que he oído rumores de que me van a hacer hijo predilecto, porque desde que llegué yo, ha llovido más que nunca! El otro día oí en la radio que por fin después de no sé cuántos años, este año no había riesgo de cortes de agua, joder, como para no, con lo que ha caído... Pero bueno, parece que eso iba también con mi estado de ánimo. Hace un par de semanas que salió el sol, y ahí sigue.
En cualquier caso seguiré yendo a la capital de vez en cuando para mi cita verdiblanca y para otras citas...
En fin, que aquí estoy, mucho más animado, más integrado y con ganas de que vengáis. Eso sí, voy a hacer como dice mi colega Jose (un utrerano de lengua también recién llegado al oriente): el que quiera disfrutar del veranito garruchero, tiene que tener sellado el pasaporte de haber venido en invierno. A mí me parece justo. ¿Y a vosotros?

¿Las fotos?. Está claro, las cosas típicas de Garrucha. "Garrucha la nuit", Las gambas rojas de Garrucha (grande el Kaudillo) y bueno, la última, que no es muy coeducativa, pero que no he sido capaz de resistirme a ponerla. Por si lo queréis saber, no no la conozco, es más, ni siquiera creo que sea de Garrucha