De esta forma comenzó aquella historia. Hace ahora siete años ya de aquello. El fredy fue mi acompañante en la aventura, aunque no de viaje, ya que iberia me permitió por un módico precio plantarme en bilbao en poco más de una hora, mientras que él fue en bus e incluso hizo noche en Madrid.
Nuestro encuentro fue junto a San Mamés, que suponemos que será la catedral por dentro, porque por fuera parece la nave de un polígono industrial cualquiera. Nos desplazamos a San Sebastian y allí pasamos el día hasta la hora del concierto.
Se celebraba en la plaza de toros que está junto a Anoeta, en la puerta, presentamos nuestras acreditaciones con un poco de giñe por saber si nos habíamos recorrido España para algo. No hubo problemas, nos situaron en una zona concreta de la grada, y con acceso a una sala donde empezaron a rular los canapeses y las birritas. Al principio no sabíamos bien como sería la cosa, si eso estaba allí para dar la bienvenida o qué, pero el caso es que aquello estuvo toda la noche para nosotros, así que no hace falta que os cuente como nos pusimos.
Y... así fue, allí que nos colaron ante el asombro de todo el personal. En primer lugar, puntualicemos que ni Pablo y yo eramos superfanáticos de ellos, y que el tema del concierto nos lo tomamos como una aventura que se nos planteó con 23 años y sin muchas responsabilidades aun en aquellos momentos. Bueno, al tema, se portaron con nosotros genial. La verdad es que nos sorprendió bastante, es cierto que ni eran ni son superestrellas pero siempre te imaginas a esta gente un poco distante, y en ningún momento fue así, empezaron a bromear con nosotros, nos pusieron un cubata, nos hicimos fotos, nos firmaron, y estuvimos charlando y riendo unos minutos con ellos. Al salir, con los cubatas en las mano, nos cruzamos con los Cramberries que subían en ese momento al escenario, la sonrisa que veis en las fotos no se nos quitó en toda la noche.